IN Moments 04·03·2019
Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga: “En el mundo del vino el equilibrio es belleza” PORCELANOSA
El presidente de las Bodegas Marqués de Murrieta y de Pazo de Barrantes repasa la evolución de la marca y los logros obtenidos durante estos últimos años.
Castillo Ygay Blanco 1986 fue el primer vino español en lograr los 100 puntos Parker y uno de los más demandados de la bodega.
Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga (Madrid, 1970) utiliza la palabra “equilibrio” como sinónimo de finura. De perfección. Esa es la esencia de un buen vino, aquel que deja poso, que genera un recuerdo, sin cargar en demasía. Imperativo categórico del esteta.
Propietario de las Bodegas Marqués de Murrieta (La Rioja) y de la Bodega Pazo de Barrantes (Galicia), este noble empresario (Conde de Creixell y Barón de la Pobadilla) tomó las riendas de la Hacienda Murrieta a los 25 años tras el fallecimiento de su padre. Una pérdida que le hizo despertar de golpe y proseguir con la obra vinícola de su familia.
Para lograrlo se rodeó de su equipo más fiel y cercano, entre los que se encuentra su hermana Cristina. Con ellos estudió y analizó la situación de la bodega y puso las bases para un nuevo proyecto con otras esencias y sabores. Fue entonces cuando el cuerpo de sus vinos adquirió otro cariz, con más roble francés, más vinos afrutados e intensos crianzas. Sobriedad que refina el gusto y el olfato. “En el mundo del vino hablar de equilibrio es fundamental. Es hablar de belleza, de excelencia y perfección. La excelencia es calidad y debe estar en cada uno de los detalles en el que una empresa dedica su tiempo. En el cariño hacia un cliente, hacia un proveedor, en la forma de comunicar o en la forma de hacer marketing. Esa es la esencia que respiramos en Marqués de Murrieta”, remarca Dalmau en tono sosegado. La misma aura que emiten sus vides.
Las uvas como genealogía familiar
La muerte de su padre le hizo ponerse al frente de Bodegas Marqués de Murrieta a los 25 años. Su misión: proseguir con la obra vinícola de sus antepasados y renovar la imagen de los vinos manteniendo su origen. Una cosecha ambiciosa con nuevos matices y colores.
La muerte de su padre provocó que Vicente Dalmau se pusiera al frente de Bodegas Marqués de Murrieta a los 25 años y prosiguiera la obra vinícola de su familia con nuevos sabores y matices.
El continuo mimo de su producto les ha llevado a obtener algunas de las puntuaciones más elevadas del mercado. Así ocurrió con su joya blanca, el Castillo Ygay 1986. El único caldo español que obtuvo los 100 puntos Parker y se coronó como el emperador de los vinos del país. “Este es un vino perfecto. Se muestra cada vez más y más joven con el tiempo en la copa. No tengo ninguna duda de que estamos hablando de un blanco para los próximos 50 años. El vino es simplemente impresionante”, rezaba la crítica enóloga.
Un vino que recoge y respeta la esencia de sus viñedos. Cuestión prioritaria para Dalmau. “Somos un proyecto que dependemos cien por cien de la naturaleza. Nuestros vinos se elaboran de unas uvas y unos viñedos propios. Estamos muy cerca de los recursos naturales y para nosotros la sostenibilidad es asegurar las necesidades del presente sin comprometer de forma alguna las necesidades del futuro. Sostenibilidad es respeto, ética y moral”, reflexiona con tono filosófico.
Vicente Dalmau: “Para nosotros la sostenibilidad es asegurar las necesidades del presente sin comprometer de forma alguna las necesidades del futuro”.
Presentes en más de 96 países y con una exportación del 70% de la producción, la facturación de Marqués de Murrieta alcanza los 1,4 millones de botellas. Datos que reflejan esa previsión con la que trabaja la bodega desde 1852. Primera cosecha impresionista basada en el Château francés. Inicio del árbol (o vid) genealógico. “Desde el día en que metemos un kilo de uva al día hasta que sañe una botella han pasado cinco años. Tenemos que estar alerta y pensar en lo que puede ocurrir de aquí a cinco años. Para nosotros la tecnología es una ayuda, pero no nuestro objetivo. Dedicamos tiempo en aplicar la tecnología, que en Marqués de Murrieta convive con la artesanía. Esa convivencia y la mano del hombre nos lleva a tener los resultados que tenemos”, subraya el empresario. Tradición familiar gran reserva.
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Pictures by Marqués de Murrieta.