IN Moments 15·09·2020
La casa de Candela Cort PORCELANOSA
La diseñadora Candela Cort prepara un arranque de otoño caliente en este mes de septiembre al publicar La Fábrica, un libro con sus trabajos más importantes, e inaugurar en noviembre en la Galería Minim de Madrid. Esta exposición mostrará sus obras más emblemáticas, tocados colgantes, pantalla, de media, paisajes de plástico, otros realizados con negativos… creatividad en estado activo desde hace casi 30 años.
Su casa, situada a las afueras de Madrid, en medio de bosques de pinos, es un espacio perfecto. Un continente blanco inmaculado con un recorrido circular y espacios que se pueden delimitar mediante paneles correderos que abren o privatizan zonas, dependiendo de las necesidades. Los cerramientos son otro capítulo importante, resueltos en un frente continuo de ventanales perimetrales y correderos que transforman la casa. Al abrirlos en un espacio al aire libre, se aprovechan las corrientes enfrentadas en verano o, por el contrario, cerrándolos herméticamente en invierno se abrigan naturalmente los espacios. Detalles como armarios camuflados, tiradores invisibles o un sistema de repisas colgadas que rodea toda la casa para no tener que agujerear los paramentos.
Candela viene de una familia muy relacionada con la arquitectura, a la que no le asusta una mudanza o una obra y tiene la suerte de haber disfrutado siempre de casas realizadas por buenos arquitectos, algo a lo que ella da una gran importancia. Nos lo cuenta en esta entrevista realizada para Lifestyle Porcelanosa.
Se encontró con esta casa de arquitecto, firmada por Miguel de Oriol, puntera y vanguardista, pero de los años 60 por lo que en algunos detalles chocaba con las necesidades y gustos actuales.
P: ¿Qué hizo en ella esencialmente?
R: Esencialmente la tiré. Cuando llegas a una casa que se ha quedado obsoleta no tengo reparo en meter la pica, solo mantuve los pilares y los paramentos, lo demás lo derribamos.
P: Por favor, descríbame su casa.
R: Es una casa hecha para mí, a mi medida, como la horma de mi zapato. Se adecua perfectamente a mis usos, costumbres, a mis manías, a mi forma de ser, a mi forma de vivir… a mí.
P: ¿Qué ventajas le ve y qué inconvenientes? ¿cambiaría algo?
R: Ventajas todas, me siento muy feliz en esta casa, soy muy casera, lo único que echo de menos es un jardincito, un espacio donde comer fuera… por lo demás ha pasado poco tiempo y sigo disfrutándola a tope.
P: Recurre siempre al Estudio Paredes Pino: Fernando Pino y Lolo García de Paredes.
R: A Lolo le conozco desde pequeña, pues mis padres eran amigos de los suyos. Cuando conocí la casa de su madre en la calle Darro, reformada por Lolo, para mi fue un flechazo y pensé que, si algún día me cambiaba de casa, él me haría la reforma.
P: Pasó a ella desde tu anterior casa, realizada nada menos que por el gran José Antonio Corrales.
R: Sí, o sea intocable y a la que tienes muchísimo respeto pero nunca me he sentido tan en mi casa como en ésta. La anterior era una casa con la firma del gran arquitecto que era Corrales, no era una casa a medida e imponía mucho, pero en ella aprendí a disfrutar de la buena arquitectura. El gusto de trabajar con Lolo y Fernando es que me han escuchado y me han sabido complacer en mi forma de vivir. Ese es el hallazgo de estos arquitectos, que empatizan y se acoplan a tus necesidades, te dan soluciones y te complacen.
P: Sus casas se parecen a sus trabajos en que son un contenedor blanco, neutro y liso y el color lo dan los accesorios.
R: Sí, y se asemejan en otra cosa muy importante, en el poder de transformación de los espacios. Como mis sombreros, mis casas son moldeables, le das forma y las puedes cambiar. Lolo y Fernando hacen lo mismo: crean un mueble para un determinado espacio, pero lo puedes mover, abrir, girar, cerrar, lo puedes transformar, puedes jugar con la casa igual que puedes jugar con mis sombreros. Ese concepto lo compartimos, el de jugar, el de transformar, no es una casa inmóvil, es cambiante.
P: El orden es prioritario y primordial.
R: Sí, soy muy ordenada. Desordeno mucho es verdad, porque cuando trabajo soy capaz de crear un caos, pero tengo el ritual de ordenar todo antes de empezar. Debo arrancar desde el orden para llegar al caos, si no me genera mucho desasosiego.
P: ¿Una sesión con su arquitecto es casi como ir al psicólogo?
R: Totalmente, como cuando te encargas un sombrero, mis clientas se descubren en mi taller, aquí les sale todo, los miedos, las inseguridades, los complejos, los orgullos… para llevar algo en la cabeza tienes que sentirlo como algo muy tuyo y realmente es lo mismo que cuando te haces una casa, te tienes que abrir y dar a conocer por dentro para que un arquitecto (o una creadora) sensible empatice y sepa cómo te vas a sentir mejor y más feliz. Lo mismo con un sombrero que con una casa.
EN CUATRO PUNTOS
Revestimientos y terminaciones.
Enorme importancia a los revestimientos. Al ser una casa tan blanca, deben de ser impecables. En paredes madera de ocumen con terminación lacada, una solución increíble para no tener que pintar y en los suelos tarima.
“Un descubrimiento, tengo mucho interés por Krion® pero no solo como revestimiento inmejorable para baños y encimeras, sino que me encantaría utilizarlo en mi trabajo, aplicado a tocados y cuellos. Me gustaría conocer mejor este material y sus propiedades de ligereza y flexibilidad para que me inspire. Creo que tiene muchísimas posibilidades. Además, reúne los requisitos de mis principios básicos”.
Colores.
En arquitectura prefiere el blanco y las gamas pálidas, para vivir se siente mejor en sitios claros y luminosos. Sin embargo, en su trabajo utiliza los colores que le favorecen.
“Me hicieron una vez una Carta de Color y resulta que soy fría. Aunque puede que haya variado algo pues me la hice con el pelo negro”.
La orientación y estructura.
Mediodía siempre, el poniente no le gusta nada.
Y en estructura elige la circular, un recorrido sin fin que elimina pasillos y aprovecha todos los metros cuadrados.
“La hicimos circular, para ello, abrimos simplemente una puerta que conecta con mi dormitorio y se completa el recorrido en círculo”.
La incorporación de la naturaleza.
“La compré por ello. Cuando entré en esta casa pensé que iba a serlo porque tuve un flechazo”.
Fotografía: Álex del Río.
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