IN Moments 01·07·2022
La belleza salvará al mundo PORCELANOSA
Poseedora de una sonrisa que la precede, Mariangel Coghlan es, por talento propio, una arquitecta de interiores emblemática, con un lenguaje humanista, vital, lleno de energía creativa. Sus proyectos nos hablan de México, belleza, armonía y vanguardia creativa.
P: Al hablar de arquitectura e interiorismo, profundiza, profesional y emocionalmente, con la arquitectura mexicana universal, como la de Barragán, por citar un ejemplo. ¿Cómo influyen el color y las formas en sus trabajos?
R: La influencia de Barragán es muy fuerte en mí. Crecí muy cerca de un fraccionamiento diseñado por Barragán, soy hija de un arquitecto al que le gustaba mucho Barragán y hay un espacio que me marcó, que es la Fuente de los Amantes, que está cerca de las cuadras de San Cristóbal. Iba a jugar allí, junto a una fuente con calda de agua, que cuando era pequeña me parecía enorme, monumental. La recuerdo como una fuente muy larga para que los caballos bebieran. Mi papá montaba a caballo e íbamos allí con él con nuestras bicicletas. Hace unos años volví con mis hijos y el espacio me sigue sobrecogiendo.
Estos espacios, definitivamente, me marcaron. Desde que era una niña mi papá me hablaba de la estética, de las proporciones, del color. Me acuerdo haber tenido 9 o 1O años cuando me leyó el aceptamiento del Premio Pritzker por parte de Barragán, en el que habla de espacios que son marcos y que cuando diseñas un jardín, allí tienes que encontrar un espacio de paz.
El tema de la belleza y la estética me han apasionado desde muy pequeña. Justamente por estos temas decidí estudiar arquitectura.
México tiene muchas cosas muy lindas; una influencia española innegable que me gusta mucho, pero también tiene mucho caos, desorden y agresividad visual que siempre me han perturbado y conflictuado. Por eso siempre me he dicho: “Tengo que hacer algo para cambiar esto, tengo que contribuir a mejorar el entorno en el que habitamos”. Estoy convencida de que cuando vives en un entorno bello tienes mayor predisposición al bien y a la bondad. Cuando vives en un entorno antiestético, sin verde, con grafitis agresivos, todo cemento, que es caótico, te predispones al mal. Esto está demostrado, hay muchos estudios que lo avalan.
Como dice Dostoyevski, en una frase que me he adueñado, “la belleza salvará al mundo”. Una frase que me conmueve. Y ahora que estamos viviendo una guerra, en este estado de shock, pienso: “Nosotros qué podemos hacer?”. Lo hablo con mis hijos: “¿qué podemos hacer por la paz?”. Pues ante todo tener paz en casa, una casa ordenada, con las cosas bien organizadas, vivir con estética, respetar a los que nos rodean, hacer bien nuestro trabajo. Y creo que si todos contribuimos con nuestro granito de arena, el mundo cambiará. También pienso que con nuestro trabajo embellecemos y mejoramos la calidad de vida de las personas que confían en nosotros. Y esto es serio. A veces se toma nuestra profesión como algo superficial, y no lo es, porque todos tenemos derecho a vivir en un entorno motivador, agradable, productivo y que nos permita levantarnos cada mañana con ilusión.
P: ¿No hay ética sin estética ni estética sin ética?
R: Pues sí, muy bien definido. Así lo veo. Definitivamente sí.
P: ¿Y ha trasladado estas reglas filosóficas y vitales a su estilo?
R: Lo intento. El equilibrio de un espacio, cuando hablamos de reforma y función, no funciona si no hay estética. No creo que haya que padecer el espacio, sino disfrutarlo.
La Casa Fortaleza, ubicada en Mérida, Yucatán, es un claro ejemplo de la relación dentro-fuera en un espacio Ideal para vivir y disfrutar de un entorno encantador.
P: ¿Cómo ha afectado la pandemia a México y al resto de países en los que realiza proyectos? ¿Se han convertido las casas en nuestros fuertes emocionales?
R: Yo creo que ha sido un tiempo en el que la gran mayoría de las personas se han replanteado cómo viven y se han dado cuenta del valor del espacio en el que viven. Antes, en muchos casos, el ritmo de vida apresurado hacía que las casas fueran lugares a los que ir a dormir. Inhóspitas, poco atractivas. Un cliente me dijo hace poco: “Antes yo siempre quería salir de casa, ahora que he hecho esta reforma sólo quiero estar en ella”.
Hemos reflexionado en cómo vivimos, y para nuestro sector ha sido una oportunidad. Creo que hemos salido beneficiados. Al principio tuve miedo, porque se paralizaron proyectos grandes por la pandemia. Algunos no los recuperamos, pero en conjunto hemos tenido más trabajo que nunca, sobre todo proyectando segundas viviendas. El tema de la salud y el bienestar no eran tan importantes como ahora en la concepción de los espacios. Ahora hemos podido aprovechar todo lo que ha sucedido y avanzar.
P: Estamos en un mundo transversal, de comunicaciones muy rápidas y de poca fidelidad. ¿Cómo consigue mantener este sello individual que la define? ¿Cuáles son las líneas maestras?
R: En realidad yo no trato de tener un sello. Intento imprimir un estilo humano. Me interesa muchísimo el diseño antropológico, que se centra en el ser humano, en la persona. Lo más enriquecedor es la persona. Esto nos da la oportunidad de hacer proyectos distintos, porque cada familia, cada cliente, tiene identidades diferentes. Nuestra labor es crear un espacio personal para cada uno, para sus necesidades. Lógicamente, nuestros proyectos nos tienen que gustar a nosotros, nunca proyectamos algo en lo que no creemos.
Parte fundamental de nuestra forma de trabajar es crear espacios humanos, bellos, en los que reflexionar y vivir. La casa, el hogar, es el espacio donde suceden las cosas más importantes de la vida, y cuando comprendes eso y te lo tomas en serio, cuando no niegas su influencia, entonces las cosas fluyen. Hay clientes que quieren redefinir sus espacios y sus casas en base a los recuerdos felices de su infancia. Y otros, en cambio, quieren espacios diametralmente opuestos porque sus vivencias no han sido buenas.
Casa en la playa en Guaymas, Sonora. Ejemplo de la conjunción entre el interiorismo y la naturaleza exterior.
P: ¿No cree que muchos clientes quieren seguir una moda? ¿Hacerse casas siguiendo lo que es tendencia aunque esos espacios no tengan nada que ver con ellos?
R: Pasa constantemente. Suelo ir cada año a Milán para entender las tendencias. Muchos clientes me preguntan: “¿Qué está de moda?” y yo les respondo: “De la moda lo que te acomode. ¿A ti qué te gusta? No quieras copiar otros proyectos, no quieras replicar. Hay diferentes necesidades, ciudades, entornos, metros cuadrados, ubicación. Analicemos qué te gustó de ese proyecto y busquemos tu identidad”.
Hay que hacer un trabajo fuerte porque a la gente le gusta lo que está de moda. Algunos hasta me piden una casa como la que vieron en una película o una serie. Antes de empezar a trabajar, nuestro estudio hace un board, un trabajo profundo en el que entrevistamos a los clientes, hablamos con ellos en conversaciones cómodas en las que los clientes se expresan y nosotros vamos elaborando un concepto, definiendo un proyecto. El trabajo de interiorización es muy importante. Vivimos en un mundo de conectividad e imágenes en el que es difícil procesar. Se lo digo a mis hijas: “Las imágenes que ustedes ven en un día son las que yo vi en toda la preparatoria, o la mitad”. Antes teníamos más capacidad de digerir la información.
Por eso es tan importante darse un tiempo, analizar un proyecto, dejarlo descansar, volverlo a analizar, porque de pronto hoy decides una cosa y mañana ya no te gusta tanto. Nosotros trabajamos con un modelo que me gusta mucho, el sketch, que nos permite ir cambiando y ajustando el proyecto. A veces hasta 18, 20 o 25 veces hasta llegar al proyecto definitivo. Y los cambios son normales, uno va perfeccionando, va cambiando y va entendiendo lo que le gusta y lo que no.
Hay clientes que no lo asumen, que quieren todo rápido, y es muy difícil trabajar. Es una gran responsabilidad. Pero generalmente la aceptación que tenemos nos compensa. Por ejemplo, la semana pasada entregamos una casa y la clienta, encantadora, nos envió a mi equipo y a mí un arreglo de flores con una nota que me hizo llorar: “Superadas todas mis expectativas”. Una casa en la que trabajamos un año, a la que dedicamos muchísimas horas. Fue una renovación total, millones de decisiones. Primero la distribución, luego la iluminación, los acabados, los materiales, así hasta que pones la última flor. Es emocionante saber que lo que hacemos tiene su recompensa en la aceptación de los clientes. Esto hace que levantarnos cada mañana sea tan motivador.
P: La arquitectura de interiores ha dado un salto cualitativo. Ya no se trata de “adornar” espacios, sino de construirlos, transformarlos. ¿Ha costado llegar hasta aquí?
R: De entrada, superar la diferenciación entre interiorismo y decoración. Estudié arquitectura, después me especialicé en interiorismo. Hice un máster y he seguido estudiando. En el proceso de interiorismo y arquitectura, por supuesto que se decora, pero lo que hacemos es un proceso científico en el que hay mucho análisis, mucha reflexión, mucho estudio del entorno. Todo esto diferencia a un decorador de un interiorista profesional. Nosotros, al final del trabajo, claro que decoramos, lo llamamos “el montaje”, y es cuando ponemos la mesa, las camas, el menaje, toallas, cristalerías, lámparas, cortinas …
El problema, a veces, cuando haces un proyecto completo, es que algunos clientes creen que tienes que regalar la decoración final. Y yo reflexiono: Cuando vas a un especialista médico ¿le vas a pedir que te dé un diagnóstico sin cobrar? Ni se te ocurre, ¿verdad?
En el estudio también hacemos obra social. Y en este caso trabajamos sin cobrar, porque son trabajos que van a ayudar a gente que por diferentes situaciones no puede pagar. Después del temblor ocurrido en Ciudad de México hace unos años, nos comprometimos con una comunidad y hemos reconstruido varias casas. En este y en otros casos hemos regalado nuestro tiempo, nuestro trabajo y muchos materiales.
Villa Bálano, en Acapulco. En este proyecto se buscó inspiración en el estilo Wabi Sabi para lograr y aportar armonía, calma y confort.
P: ¿Qué importancia tienen los materiales en sus proyectos?
R: Muchísima. Los materiales hacen el espacio. Para mí lo más importante es el espacio, lo que te contiene. Por ejemplo, El Escorial, en España. Para muchos tiene un aspecto monacal, austero. Pero sus alturas espectaculares y el espacio ya te dan la medida de su importancia y relevancia.
Después del espacio, lo que sigue en importancia son los materiales. Elegirlos bien es lo que te da el acierto total del proyecto.
P: ¿Hay diferencias notables en la forma de entender la arquitectura de interiores entre los clientes locales y los clientes internacionales?
R: Totalmente. Pero no lo diferenciarla exactamente entre locales e internacionales. Porque en México también hay mucha diferencia entre trabajar para alguien en Ciudad de México o trabajar para el interior, en los diferentes estados de la República. Campeche, Oaxaca, Chiapas, por ejemplo, necesitan proyectos diferentes a los que se originan en la capital. También tenemos clientes norteamericanos que construyen segundas residencias en México. Pero no es lo mismo lo que te pide un americano de Boston que lo que requiere un americano de Texas o de California. Muchos, además, quieren el cliché mexicano y tenemos que hacer un trabajo profundo para que entiendan lo que es de verdad México y lo que es cliché. Cuando un cliente no comprende, prefiero declinar el proyecto. Acabo de rechazar uno muy importante en Miami porque no me sentía cómoda, “mejor decir que aquí no que aquí murió”. Sin embargo, estamos haciendo una casa de 2000 metros frente al mar en California, cerca de Cabo San Lucas, que es un placer y un trabajo muy interesante que nos hace crecer como profesionales.
Oficinas corporativas QÚBICO. Espacio moderno e industrial, elegante y con toques de color que responden a 1a identidad de firma.
P: ¿Qué tipo de definición de proyectos tiene a futuro? ¿Más residenciales, obra nueva, obra pública, hoteles … ?
R: Desde que empezó la firma me han atraído los proyectos residenciales; me apasionan. He hecho varios corporativos, oficinas, hoteles boutique, proyectos de restaurantes, algunos que aún no se han construido. Pero me he ido especializando en residenciales, y también en rehabilitaciones. Últimamente estamos abordando proyectos desde cero, que me encantan porque es construir todo. Un reto apasionante para nosotros, que hacemos arquitectura de dentro hacia afuera. Tenemos las necesidades espaciales, entendemos cómo queremos contener el espacio y una vez que tenemos el interior, modelamos el espacio para hacer la arquitectura. A los clientes les presentamos una maqueta virtual en la que diseñamos un recorrido y analizamos con ellos cada espacio. Eso nos evita malentendidos y trabajo inútil.
P: ¿Qué importancia tiene el ser humano en los nuevos procesos constructivos?
R: Toda. Siempre me ha interesado la antropología y desde octubre estoy estudiando un máster liderado por el pensador Tomás Melendo, al que adoro. Es un máster de una universidad española, se llama Ciencias de la Familia. Habla de la persona, del amor, del matrimonio. Del ser humano. Y esto entronca con mi trabajo, en el que las personas son el eje de todo.
P: ¿Cuáles son los valores que encuentra en las diferentes firmas de Porcelanosa Grupo?
R: Soy tan de Porcelanosa. Me encantan sus acabados, también su filosofía, siempre investigando y haciendo cosas nuevas. Krion®, que ahonda en el tema de la limpieza. Estoy enamorada de las piedras tecnológicas de Porcelanosa, estas piezas que parecen mármoles.
Si antes me decía que una porcelana que imita madera o una porcelana que imita mármol me daban falso, actualmente, y después de haber estudiado los materiales de Porcelanosa, sus propiedades a largo plazo, me doy cuenta de las enormes ventajas de una piedra tecnológica frente a un mármol, porque la primera no se mancha, es más resistente, tiene mayor durabilidad y a futuro es un beneficio y un ahorro porque no lo vas a tener que cambiar. He ido evolucionando en mi forma de entender la sostenibilidad y los materiales al mismo tiempo que los materiales han ido evolucionando tecnológicamente. Por eso creo que es tan importante estar constantemente estudiando y poniéndote al día para poder ofrecer lo mejor a tus clientes.
P: ¿Cree en un mundo más bello? ¿Un mundo más humano?
R: Acabo de publicar mi segundo libro. En este libro muestro algo de mi trabajo, enseño nueve proyectos. El libro se llama HOGARES, y hablo de criterios para disfrutar el hogar. Lo he presentado en la Feria del Libro de Guadalajara y pronto lo presentaré en Ciudad de México. Llama la atención lo que escribo porque hablo de conceptos como sencillez, elegancia, optimismo, ilusión, serenidad, gratitud. Dar las gracias es una de las cosas que más valoro, que más practico en mi trabajo.
Suite PRIVÉ, Miami. Diseño contemporáneo donde las vistas al exterior forman parte del entorno y generan espacios armónicos.