IN Moments 11·08·2020
Eduardo Chillida y su dimensión arquitectónica del espacio y el tiempo PORCELANOSA
Entrevista a Luis Chillida, presidente de la Fundación Eduardo Chillida – Pilar Belzunce en el
museo Chillida Leku, Hernani, País Vasco.
Lifestyle | At Home With Luis Chillida from Porcelanosa Grupo on Vimeo.
Eduardo Chillida (1924-2002) es uno de los grandes artistas españoles del siglo XX y del siglo XXI. La galería de arte suiza Hauser & Wirth se hizo cargo de su obra hace dos años y ha impulsado la reapertura del museo Chillida Leku, un lugar, como su nombre indica –Leku-, que reúne un buen número de sus obras y se puede considerar una obra de arte en sí misma porque integra paisaje, arte y arquitectura.

Luis Chillida, hijo del artista y actual presidente de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, nos cuenta en Chillida Leku la evolución de la reapertura con la nueva dirección de la experta, directora de proyectos culturales, Mireia Massagué, y la intervención del arquitecto Luis Laplace. El artífice que ha renovado los espacios comunes, como la sala de exposiciones Pilar Belzunce y la cafetería. Las nuevas zonas ajardinadas han sido diseñadas por uno de los grandes arquitectos paisajistas de nuestro tiempo, Piet Oudolf, creador de los jardines del High Line de Nueva York.
Notas biográficas sobre Eduardo Chillida
El escultor nace en San Sebastián en 1924 y empieza a estudiar la carrera de arquitectura, que abandona en 1947 para dedicarse en cuerpo y alma a la escultura. Posteriormente, se traslada a París para acercarse a la obra de artistas como Brancusi.

De vuelta a España, al País Vasco, descubre los secretos de la forja y del hierro por las manos de Manuel Illarramendi, con las que crea su primera escultura abstracta: Ilarik. Esta pieza se convierte en la antesala de su posterior trabajo, que a partir de ese momento se centra en el espacio, el vacío, la materia o la escala. Eduardo Chillida comienza a exponer en Nueva York, París, Milán o Madrid y participa en conocidos certámenes internacionales, entre los que destacan la Bienal de Venecia y la Documenta de Kassel (Alemania).
A partir de 1960 empieza a experimentar con materialesl distintos, como la madera o el acero. Con ellos crea sus primeras obras íntegras y en 1963 hace un inspirador viaje a Grecia del que nacen sus primeros alabastros de la serie Elogio de la luz. La inspiración helena, combinada con su percepción del espacio y la luz, da lugar a su famosa inconclusa obra de escala gigantesca en Fuerteventura, en la montaña de Tindaya.

En 1971 empieza a trabajar con el acero y crea un buen número de obras con este material. Lugar de encuentros III, de ese mismo año, es la primera. Durante los años posteriores, Eduardo Chillida saca a la luz una obra en la que había estado trabajando más de 15 años: El peine del viento, uno de sus trabajos más conocidos a nivel mundial que está constituido por varias piezas, una de ellas en Chillida Leku.
En los años 80 y 90 continúa con su obra de acero y hormigón y en 1999, el museo Guggenheim de Bilbao le rinde un homenaje coincidiendo con su 75 aniversario. En él se exponen más de 200 obras que proyectan una interesante retrospectiva de su vida como artista. Un año más tarde, Eduardo Chillida funda la Casa de Chillida –Chillida-Leku– con el objetivo de difundir su obra.
El artista fallece en 2002 a la edad de 78 años, pero su obra es sin duda uno de los referentes culturales más importantes de la escultura a nivel mundial. En ella perduran sus concepciones mística, ética y trascendental de la existencia del ser humano.