La huella que han dejado los romanos en la arquitectura de Mérida -declarada como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1993 por la UNESCO-, es un punto de referencia para Dunar Arquitectos, un estudio joven, dinámico y multidisciplinar dirigido por Javier Robustillo.

El arquitecto afirma que la arquitectura está vinculada al territorio y por ello, junto a su equipo apuestan por trabajar en proyectos ligados a Extremadura. Así garantizan un conocimiento profundo de la sociedad en la que se enmarca la construcción, de los clientes y de la cultura de la ciudad, que les permite realizar un servicio de calidad.

La funcionalidad de los edificios es la premisa desde la que trabajan los planos. La forma y el proceso de fabricación sostenible son algunas de las características fundamentales de los materiales para el arquitecto, quien destaca la calidad de los mismos y la considera como un sinónimo de durabilidad y proyección en el tiempo. De esta forma consiguen su principal misión: “espacios cálidos y receptivos”.

Como señala Robustillo, la palabra arquitecto procede del término griego archós, que significa guía. Bajo este argumento se asienta el trabajo del estudio: “guiar al cliente en el proceso para cumplir sus expectativas e ilusiones”.